Testimonio

Vengo de una familia poco convencional. Vivía con mi madre, mis abuelos y mi hermano y mi hermana mayores. Yo era el más joven de la familia. Desde muy pequeña mi mamá nos llevaba a la iglesia y fue allí donde comencé a aprender sobre la Biblia en la Escuela Dominical.

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Cuando tenía 8 años, mi madre comenzó a asistir a una iglesia diferente debido a la influencia de una amiga. Era una iglesia legalista. Por el tipo de mensajes que enseñaban, ahora lo llamaría una secta. Mientras mi familia estuvo allí, la iglesia tuvo cuatro pastores diferentes en diferentes momentos. Con el último pastor, mi familia sufrió cuando usó su autoridad para manipular la iglesia. Abusó espiritualmente de la iglesia y más aún de mi familia.

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Después de meterme en muchos problemas en mi adolescencia, sentí que mi vida me estaba llevando a un punto en el que era un completo fracaso. También sentí que mi vida necesitaba cambiar porque no había nada bueno en ella. Recuerdo haber pasado por una experiencia vergonzosa y no quería que me recordaran como el tipo que cometió esos estúpidos errores. El pastor de jóvenes de mi escuela me llevó a su oficina y me presentó a una Persona que fue capaz de transformar mi vida en algo mucho mejor. Me presentó a Jesús como Salvador y Señor. Me dijo que podía entregarle toda mi vida para que Él obrara en ella. Ese día hablé con Dios y le pedí que tomara el control de toda mi vida. No estaba seguro de lo que realmente hice ese día porque la otra iglesia nunca me había presentado a Jesús de esta manera. Hice la misma oración repetidamente durante las siguientes dos semanas. Recuerdo haber tenido un encuentro con Dios en uno de los servicios de la iglesia donde oré para recibir a Dios una vez más. Le dije que mi vida ya no me pertenece y que Él podía hacer lo que quisiera en mi vida porque en ese momento yo era un desastre. Le pedí perdón por mis pecados y también le pedí la salvación eterna. Desde entonces soy su hijo y heredero.

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Desde que fui salvo, he pasado por algunas dificultades en mi vida espiritual porque no hice mucho para crecer espiritualmente. Además, otro problema que podría ser parte de estas dificultades es que me diagnosticaron trastorno bipolar cuando tenía 18 años. Cuando tenía días malos debido a mi condición, no sabía qué hacer y perdía el control. Estuve involucrado en las drogas durante unos tres años. Pensé que podía vivir mi vida según mis propias decisiones y como ya tenía mi salvación, estaba bien.

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Un día decidí dejar toda esa vida atrás y dejé mi hogar y ciudad donde había pasado la mayor parte de mi vida. Los misioneros Johnny y Donna Maust fueron de gran ayuda durante todo este proceso. Han sido mis mentores desde el comienzo de mi vida espiritual. Me enseñaron mucho sobre la Biblia y me ayudaron a descubrir y tratar mi trastorno bipolar. Sabían que estaba tomando malas decisiones, pero estaban ahí cuando más los necesitaba. Me confrontaron acerca de mis pecados y oraron mucho por mí. Johnny y Donna me invitaron a vivir con ellos para dejar atrás todo el pasado y empezar de nuevo. Entonces decidí venir a Rioverde, dejar a mis amigos, mi universidad (estaba en el último año) y todo, para empezar de cero.

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Aquí en Esmeraldas encontré un trabajo, comencé la universidad nuevamente y comencé el proceso de mantenerme limpio. Fue difícil para mí y para ellos porque recaí varias veces en las drogas. Ahora puedo decir que estoy libre de esta adicción. Estoy limpio desde 2017.

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Quiero seguir a Jesús con toda mi vida. Quiero tomar buenas decisiones para mi vida personal y para Su reino. Le dije a Dios que, a partir de ahora, quiero hacer todo lo posible para seguir Su dirección en todo. No quiero hacer lo que quiero, o lo que creo que es bueno para mí. Quiero que Él me revele lo que quiere que haga. Todas mis habilidades, mis dones, mi tiempo, están a sus órdenes.

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Por eso comencé a enseñar en la iglesia de Lagarto. Además, comencé un ministerio con jóvenes de la zona. Poco a poco Dios ha ido abriendo puertas para servirle en diferentes lugares. Mientras Johnny y yo estábamos en los EE. UU. en 2021, Dios me permitió asumir el liderazgo en tres iglesias diferentes en formación. Serví dirigiendo tanto el tiempo de adoración como la enseñanza los domingos y lunes. Además, comencé a enseñar dos estudios bíblicos: los miércoles en la iglesia de Rioverde y los martes con el departamento de bomberos del condado. Tuvimos la oportunidad de abrir un ministerio a jóvenes en una comunidad llamada Peñas Blancas, donde asisten más de 10 jóvenes de la zona. También comencé un estudio bíblico con una familia los viernes para ayudar a la familia ya que la hija menor de la casa tiene problemas emocionales los cuales deben ser tratados no solo psicológicamente, sino también espiritualmente.​

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Mientras trabajaba en Lagarto, conocí a Jissell Ortiz, una joven cristiana que se convirtió en mi esposa y compañera de vida en el ministerio el 12 de febrero de 2022. Tiene un corazón muy noble y le encanta servir a Dios. Actualmente cursa el último semestre de la carrera de Sociología en la Universidad Luis Vargas Torres de Esmeraldas. Elegimos esta carrera porque sabíamos que si en algún momento Dios nos llamaba al ministerio, sería de ayuda para poder entender la sociedad y sus problemas. Tenemos la esperanza de que en el futuro, y con el tiempo, Jissell pueda comenzar a enseñar y discipular a diferentes mujeres en el área. Ese siempre ha sido su deseo y sé que Dios a través de nuestro ministerio nos guiará en este camino.

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Completé una Maestría en Estudios Teológicos del Southwestern Theological Seminary en mayo de 2023. Esto me ha ayudado a enseñar de manera más efectiva y a encontrar herramientas útiles para difundir el evangelio. Recuerdo que desde que era adolescente quería estudiar la Biblia en la universidad, pero no lo hice. Le pedí a Dios que me mostrara la razón por la que me llevó a estudiar la Maestría en Teología. Después de orar, pensar y hablar con otros cristianos, el Señor me confirmó de muchas maneras que debía comenzar a trabajar en la edificación de la iglesia y especialmente en discipular a los nuevos creyentes.

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No ha sido una decisión fácil. El Señor me ha ido preparando poco a poco para llegar a este punto. Una de las maneras en que Él me ha mostrado Su voluntad es poniéndome en una posición de liderazgo para enseñar a otros. Me demostró que me encanta enseñar al pueblo de Dios y, sobre todo, que disfruto pasar tiempo con otros cristianos. Sé que Dios me pide que entregue mis dones al servicio de la iglesia para ayudar a otros a crecer y ser edificados.

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Jissell y yo hemos llegado al punto de nuestras vidas en el que sólo queremos hacer la voluntad de Dios. Queremos ser cada día mejores cristianos, mejores trabajadores, líderes, ministros, esposos y esposas, hijos y hermanos para Su gloria.